jueves, 20 de diciembre de 2012

Blas de Lezo - La heroica defensa de Cartagena de Indias


En esta segunda entrada dedicada al heroico almirante Blas de Lezo, nos vamos a ocupar del sitio de Cartagena de Indias, una de las mayores gestas militares y de pundonor de la historia, y como decíamos en la primera parte de la biografía de Blas de Lezo, injustamente olvidada por la historia española, olvidada por la acción de los Borbones que durante este siglo y el siguiente, se encargaron de hundir el imperio español.




Salió con su flota el 3 de febrero de 1737, llegando a Cartagena de Indias el 11 de marzo, quedando de comandante general de aquel apostadero, tan importante para la defensa del mar de las Antillas.

Cuando llegó a Cartagena, ya declarada la guerra de la oreja de Jenkins contra Inglaterra, llegaron informaciones de una amplia concentración de fuerzas inglesas en Jamaica.

Del 13 de marzo al 20 de mayo de 1741, tuvo lugar La batalla de Cartagena de Indias, entre las armadas española e inglesa. Esta batalla fue decisiva para el desenlace final de la Guerra de la Oreja de Jenkins(1739–1748), uno de los conflictos armados entre el España y Gran Bretaña ocurridos durante el siglo XVIII.

Esta nueva Armada Invencible de 195 navíos, era mayor que la de Felipe II, y la segunda más grande de todos los tiempos, después de la armada aliada que desembarcó en Normandía en la II guerra Mundial . El ejército inglés, comandado por el almirante Edward Vernon, trató de invadir Cartagena de Indias con 32.000 soldados y 3.000 piezas de artillería. Cartagena estaba defendida por 3.600 soldados y 6 navíos españoles. Inglaterra estaba tan segura de su victoria que el rey inglés mandó acuñar monedas celebrando su triunfo, en las que se leía "la arrogancia española humillada por el almirante Vernon y los héroes británicos tomaron Cartagena, abril 1, 1741 "(engreidos estos ingleses, eh?)!! en ellas aparecía Blas de Lezo representado de rodillas entregando su espada al almirante Vernon, eso sí, un Lezo muy completito con todas sus piernas, brazos y posiblemente ojos para que no se viera que habían "vencido" a un tullido.



La victoria de las fuerzas españolas, al mando del teniente general de la Armada Blas de Lezo, prolongó la supremacía militar española en el Atlántico occidental hasta el siglo XIX.

Inglaterra organizó una formación de guerra formidable. Preparó y armó una magnífica flota de 195 navíos entre buques de guerra y transporte, la flota más grande jamás vista hasta la armada aliada del desembarco de Normandía. La flota se puso rumbo a Cartagena de Indias, para tomarla al asalto, era el gran objetivo de los ingleses.

Entre las tropas inglesas estaba el hermanastro de Jorge Washington, el futuro presidente norteamericano, que dirigía un grupo de 4.000 milicianos americanos que iban a participara en la toma de la ciudad.

Junto con los 195 navíos, viajaban 11.000 soldados de asalto, 15.000 marineros, los 4.000 milicianos americanos y 2.000 macheteros negros jamaicanos. Los macheros serían la vanguardia, la carne de cañón de la Gran Bretaña en su intento de conquistar Cartagena de Indias. Importante resaltar que los ingleses eran los mejores artilleros del momento y que iban a contar, en sus buques, con 3.000 piezas de artillería. Inglaterra iba a atacar con lo mejor que tenía en su armada de guerra, en material y personal de asalto, estaba determinada a la victoria y desplazar a España de su Imperio Americano.


En aquellos días, Blas de Lezo era el responsable de la defensa de la ciudad. Cartagena de Indias contaba con unas magníficas fortalezas y castillos que protegían la ciudad. Las fuerzas defensoras eran pocas. Lezo disponía de 3.000 soldados del ejército regular español, reforzados con 600 arqueros indios del interior y unas 1.000 piezas de artillería. Esto es todo con lo que se contaba para asegurar que Cartagena de Indias pudiera seguir siendo española durante los próximos años.

Para el desenlace final de la batalla, resultó decisiva la eficacia de los servicios de inteligencia españoles, que consiguieron infiltrar espías en la Corte Londinense y en el Cuartel General del almirante Vernon. El plan general inglés así como el proyecto táctico de la toma de Cartagena de Indias fueron conocidos de antemano en las Cortes Españolas y por Blas de Lezo. Se dispuso de tiempo suficiente para reaccionar y adelantarse a los acontecimientos.

El virrey Eslava, jefe político y militar del Virreinato, tenía confianza de que el almirante Torres llegaría a tiempo a Cartagena para atacar a Vernon por la retaguardia, pues la flota española estaba anclada en La Habana a la espera de la llegada de la flota inglesa. Pero Torres nunca llegó a Cartagena .......

Cartagena no se iba a rendir y Blas de Lezo se decido por la resistencia a ultranza de la ciudad y organizó los recursos disponibles para este objetivo.

El sabía que tenía pocos recursos, pero aún así pretendía aguantar y resistir con todo lo que tenía. Los 6 navíos disponibles fueron hundidos por los españoles para impedir el movimiento fácil de los barcos enemigos por la bocana del puerto. Antes de hundir los navíos, Blas de Lezo, ordenó desmontar los cañones de las 6 naves y situarlas estratégicamente rodeando la ciudad; las colocó en posiciones claves para.





La gran bahía de Cartagena está dividida en dos bahías naturales con problemas defensivos muy diferentes: la Bahía Exterior limitada por la península de Bocagrande, continente, y las islas de Tierrabomba, Barú y Manzanillo; y la Bahía Interiorcon el puerto colonial, cerrada también por Bocagrande, continente, y por las islas de Manzanillo y Manga.

El 17 de marzo de 1640, naufragan en la Bocagrande la nave capitana y los galeones Buensuceso y Concepción, de la armada comandada por Rodrigo Lobo da Silva. Los cascos hundidos sirvieron de núcleo colector de arena lo que aceleró la formación de la barra, dificultando la navegación en 1741.

Después de 1640, las mareas profundizan de manera natural el canal de Bocachica cuyo fondo era de barro. Con un ligero dragado, los más pesados galeones y naves de guerra iniciaron su tránsito entre Barú y Tierrabomba, modificando radicalmente todo el sistema defensivo de la bahía de Cartagena. En 1741, el canal de Bocachica sería el adecuado para los navíos de guerra ingleses de tres puentes.

El 13 de marzo de 1741 la imponente flota del almirante Edward Vernon llegaba a la bahía de Cartagena. Vernon ordenó las maniobras oportunas para que las naves inglesas situaran sus flancos frente a las defensas de Cartagena.

15 de marzo, llegan los primeros buques ingleses a Playa Grande y dos días después fondearon sobre la misma playa 195 navíos, pertenecientes a las tres escuadras, comandadas por el almirante Vernon, contra-almirante Chaloner-Ogle y el capitán en jefe Lestock.

19 de marzo, los ingleses continúan sin disparar y estudian el campo de operaciones. Algún pequeño intento de desembarco frustrado por la Boquilla sin relevancia.

20 de marzo, toda la armada inglesa queda anclada en la Punta de Hicacos, muy cerca del puerto de Cartagena; donde estaban los buques españoles Dragón y el Conquistador que impedían el paso a la bahía interior de Cartagena por Bocagrande



Ante la imposibilidad de entrar por Bocagrande, Lestock, al frente de 12 navíos ponen rumbo a Bocachica. Durante la travesía disparan contra la batería de Santiago que disponía de 11 cañones cuyo comandante , el capitán de fragata Lorenzo Alderete, también era el responsable de la batería de San Felipe de Bocachica, con 5 cañones. Fracasaron en su intento de romper el cerco de Bocachica y se mantuvieron disparando contra el castillo de San Felipe de Bocachica.



Noche del 5 al 6 de abril, Blas de Lezo sitúa los buques Dragón y Conquistador entre los canales del Castillo Grande y Manzanillo con intención de hundirlos para impedir el paso de los navíos ingleses por la entrada de Bocagrande.

Como parte fundamental de la defensa de Cartagena se planificó el hundimiento de los barcos cuando fuera oportuno, para dificultar la maniobra de la flota inglesa. Se incendió el San Felipe, y se disparó desde el san Carlos nueve cañonazos al África para hundirle en la bocana de entrada. Pero los encargados de disparar desde el San Felipe, fueron capturados por la imposibilidad de abandonar el barco antes de que llegasen los ingleses.

La situación empeoraba para los españoles, y los soldados del fuerte de San José fueron evacuados en pequeñas embarcaciones al castillo Grande y posteriormente a Cartagena.

11 de abril, los ingleses toman el castillo de santa Cruz que previamente había sido abandonado.

El 13 de abril a las 9 de la mañana, comenzó el asedio de la ciudad con continuos bombardeos. Simultáneamente otra escuadra asediaba al fuerte Manzanillo. La situación empezaba a ser desesperada para los españoles, les faltaban alimentos y el enemigo no daba tregua.

Iban pasado los días, y el cañoneo inglés no cesaba, era intenso y continuo, mañana, tarde, noche, mañana ... pero la moral de las tropas españolas estaban a la altura de las defensas de la ciudad, se mantenía intacta y no terminaba de debilitarse.

Cartagena de Indias fue severamente castigada por la artillería naval inglesa. Pero las defensas seguían soportando todo lo que les llegaba desde los barcos ingleses. Vernon estimó que los españoles resistiría dos o tres días más, no era posible pensar que tan pocos pudieran resistir el empuje y fuego de tantos. Los españoles tenían orden de resistir hasta el final no se les permitía ni un paso atrás, habían clavado la bandera e iban a morir allí, defendiendo la ciudad hasta el final.

16 de abril, 4 de la mañana, Vernon decidió que se tomaría Cartagena de Indias al asalto, más de 10.000 hombres desembarcaron por la costa de Jefar, los macheteros jamaicanos, los milicianos americanos y las fuerzas regulares inglesas.

Pero las sucesivas ofensivas inglesas se encontraron con trincheras inexpugnables así como con los mosquetes y bayonetas españolas.

El 17 de abril, la infantería británica, toman el alto de Popa, a un kilómetro del castillo de San Felipe , auténtico baluarte español en el Caribe.

Blas de Lezo tomó tres decisiones que fueron decisivas para el desenlace final de la batalla. Mandó excavar un foso en torno al castillo para que las escalas inglesas se quedasen cortas al intentar tomarlo. Ordenó cavar una trinchera en zigzag, evitando que los cañones ingleses se acercasen demasiado. Les envió dos “desertores” que engañaron y llevaron a la tropa inglesa hasta un flanco de la muralla bien protegido, donde serían masacrados sin piedad.




Asalto definitivo al castillo de San Felipe de Barajas

La noche del 19 al 20 de abril se produjo el definitivo asalto al castillo de San Felipe. Tras una potente preparación artillera desde un buque de 60 cañones y bombardas. Vernon intentó asaltar el castillo con unos 10.200 hombres de infantería, organizados en tres columnas, apoyados por los negros macheteros jamaicanos. En frente tenía la batería de San Lázaro de propio castillo de San Felipe y 1.000 hombres muy motivados.

La sorpresa fue mayúscula, cuando los ingleses comprobaron que sus escalas eran demasiado cortas y no podían escalar las murallas del castillo. Las tropas inglesas no podían atacar ni huir debido al peso del equipo. Aprovechando esta circunstancia, los españoles abrieron fuego contra los británicos, produciéndose una carnicería sin precedentes.

Los ingleses no pudieron escalar las murallas pero al amanecer, se encontraron con las bayonetas de unos trescientos soldados de los tercios españoles que saltaban sobre ellos desde sus trincheras. Fue una masacre:

“…rechazados al fusil por mas de una hora y después de salido el Sol en un fuego continuo y biendo los enemigos la ninguna esperanza de su intento (…) se pusieron en bergonzosa fuga al berse fatigados de los Nuestros los que cansados de escopetearles se abanzaron a bayoneta calada siguiendolos hasta quasi su campo…”

El error del castillo de San Felipe desmoralizó a los ingleses. El orgulloso y engreído Sir Andrew Vernon había sido incapaz de vencer a unos pocos harapientos españoles capitaneados por un anciano tuerto, manco y cojo.

El pánico se apoderó de los ingleses, rompieron sus líneas de combate y huyeron despavoridos tras la última carga española hacia sus barcos para protegerse de la furia de la infantería de los tercios.

Desde el 22 al 25 de abril, decrecieron los enfrentamientos. El 26 los ingleses volvieron a bombardear la ciudad.

El 9 de mayo, Vernon asumió que era completamente imposible que sus tropas pudieran tomar al asalto la fortaleza de Cartagena de Indias, los disparos de las tropas españolas era una resistencia insalvable para sus fuerzas. Vernon ordenó la retirada, levantar el asedio y volver a Jamaica. Había fracasado estrepitosamente. Tan sólo acertó a pronunciar, entre dientes, una frase: “God damn you, Lezo!”.

Vernon envío de una última carta a Lezo: “Hemos decidido retirarnos, pero para volver pronto a esta plaza, después de reforzarnos en Jamaica”. A lo que Lezo respondió con ironía: “Para venir a Cartagena es necesario que el rey de Inglaterra construya otra escuadra mayor, porque esta sólo ha quedado para conducir carbón de Irlanda a Londres.”

Fueron tantas las bajas inglesas, que tuvieron que abandonar numerosos barcos y hundirlos allí mismo por falta de recursos para poderlos gobernar en la mar, no les quedaban suficientes marineros.

Hasta el 20 de mayo estuvieron saliendo embarcaciones inglesas de Cartagena. El último en abandonar el sitio fue Lestock. De los 195 buques se contaron en la retirada 186.

Los ingleses tuvieron 9.500 muertos, 7.500 heridos, perdieron 1.500 cañones y perdieron 50 naves.

Los españoles sufrieron 800 muertos, 1.200 heridos y perdieron 6 naves. Los fuertes de Bocachica, Castillo Grande y Manzanillo quedaron totalmente destruidas.

Esto fue un horror para los ingleses, quedaron completamente humillados. La mayor operación de la Royal Navy hasta el momento se saldó también como la mayor derrota de su historia.

A Inglaterra habían llegado noticias erróneas, la información aseguraba que la victoria en Cartagena se había consumado. Vernon , había mandado un correo al rey inglés asegurando que había logrado la victoria, lo que generó una euforia en su país. Pero para su desgracia, lo que consiguió en realidad fue la mayor y más humillante derrota de toda la historia de la Royal Navy, pues perdió 50 naves y 11.000 hombres a manos de una guarnición compuesta por sólo 6 barcos y 3.600 defensores españoles dirigidos por el Almirante español Blas de Lezo. En vista de las falsas buenas noticias remitidas por Vernon, el rey Jorge II ordenó se elaboraran medallas conmemorativas de la supuesta victoria. En las medallas se representaba a un Blas de Lezo, entero y completo con dos brazos, dos piernas, arrodillado ante Vernon. Hubo celebraciones y fiestas basadas en una gran mentira, vamos que se lo pasaron bien durante algunos días; hasta que llegó la verdadera noticia, anunciando la humillante derrota de Vernon antes Blas de Lezo; la realidad heló sus sonrisas.

La humillación fue tal que el rey Jorge II ordenó a los historiadores ingleses no se escribiera nada de la derrota; y los historiadores ingleses son hegemónicos, lo que ellos no publican no existe. Y como los historiadores no escribieron nada sobre Cartagena de Indias, esta batalla fue injustamente ocultada para la historia.

Muy pocos españoles han oído hablar de la guerra de la Oreja de Jenkins, en la que los británicos sufrieron quizás, la vergüenza más grande de su historia. La mayoría de españoles de hoy en día no se sienten orgullosos de serlo, mientras a los ingleses les sale el orgullo por las orejas. Sin embargo, algunos ingleses perdieron sus “orejas” por culpa de su derrota ante los españoles.



1 comentarios:

Anónimo dijo...

La historia completa y rigurosa, sin novelar,en el libro "La batalla de Cartagena de Indias" . Informacion en www.labatalladecartagenadeindias.cpm

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